DESCRIPCIÓN:
El cardillo recibe su nombre por su tamaño, menor que el de la mayoría de especies de cardos –géneros Carduus. Cirsium, Sylibum, etc.-. La planta suele vivir pocos años, agostándose cada verano; permanece bajo el suelo en forma de yema, envuelta en restos de la base de las hojas del año anterior. Tras el paso del invierno –o en años benévolos incluso en el otoño inmediato al descanso estival-, emerge de la tierra una roseta de hojas aplicadas y espinosas, pegadas al suelo, con nervio rojizo y limbo de color verde vivo. Al final de la primavera, la roseta emite un tallo con hojas menores, también espinosas, y en cuyas axilas se sitúan fascículos de uno o pocos capítulos amarillentos. Las semillas poseen una corona de pelos, ásperos al tacto.
HÁBITAT
El cardillo habita en pastizales, prados incultos y eriales, sobre todo en terrenos no demasiado compactos, y cerca de los arroyos. La planta tampoco es rara en las cunetas y linderos, donde a menudo pasa inadvertida por la espesura del resto de la vegetación. El aspecto de la roseta, con hojas aplicadas al suelo, ayuda a defenderla del diente del ganado.
Planta bienal o perenne de hasta 1 metro de altura, cubierta por un indumento de pelos cortos y con tallos alados. Las hojas estan profundamente divididas y armadas con espinas. En las axilas de las hojas superiores se sitúan los capítulos, amarillos y formando frecuentemente un racimo o una panícula espiciforme.
Curiosidades: El nombre específico Scolymus deriva del griego clásico "Skolymos" que era el nombre con el que en la Grecia clásica se conocía a un tipo de cardo de raíz comestible. Seguramente, a su vez este nombre derivara del vocablo griego "Skolos" que significa espina. Sus hojas tiernas, se consumen en ensalada en nuestro país y en algunos otros países mediterráneos y a su raíz se le atribuyen propiedades diuréticas.
USOS
El cardillo es uno de los alimentos naturales más tradicionales del centro y Sur de España, siendo especialmente apreciado la COMARCA DE LA VERA. Se recoge con la azadilla, dando un golpe certero que parta el cuello de la raíz a unos 2 ó 3 dedos por debajo del nivel del suelo, de modo que no se desmiembren las hojas. Se consumen las pencas o nervios foliares y la parte superior del cuello de la raíz, al que se encuentran unidas; para limpiarlas, debe extraerse la parte verde de las hojas, presionando el nervio desde la base hasta su extremo. El cardillo se come habitualmente cocido.
¿SABÍAS QUE…?
Los cardillos poseen los mismos compuestos que la mayoría de cardos y especies relacionadas, incluyendo la inulina –azucar natural especialmente apto para los diabéticos-, y diversas sustancias medicinales, de virtudes similares a las de los cardos de penca –por ejemplo, como diuréticas, protectoras del hígado, etc.-. Aunque en menor cantidad, también poseen los mismos fermentos que confieren a la flor del cardo la propiedad de ‘cortar’ la leche produciendo la cuajada y el queso. A pesar de todo lo anterior, su utilización se ha restringido tradicionalmente al uso culinario, como planta alimenticia.